viernes, 19 de diciembre de 2014

✖️

3:27. Estoy durmiendo. O no. Ya conoces mi tendencia por estar donde aún no estoy. Contigo hasta las tendencias son apetecibles, porque dime quién no querría un mordisco por llegar tarde,
o por engañarte un poco,
o por meterme contigo,
o porque sí.

A lo que iba,
Pensaba en soltarte aquí -de forma cuanto menos irónica- lo que ni yo puedo decir ni tú vas a poder escuchar.
(Ahora me hubiera ganado un mordisco, por tentar).
Tienes en mí una parcela, tan tan mía, que solo he sabido buscarla en ti -tan tan mío-. Y es por eso que puedes encontrate en mí, y yo en ti, sin ningún mapa,
y es por eso que no hace falta que lo digas para que lo sepa,
y es por eso que me siento tan tan cómplice,
y es por eso que tienes miedos tan tan tuyos en mí,
Y yo en ti.


Solo puedo decirte, que o eres tú o no es. Porque si tú no,
yo no soy
como solo soy
cuando estoy en esa parcela
que tiene que ver contigo.
Que más que verse se siente, transmite y brilla
más que mis ojos al ver 
los destellos de los tuyos.


martes, 8 de julio de 2014

Mediocres

Me gustaría hacerlo, exteriorizar la rabia, canalizarla.
Algo útil con la frustración más allá de cuatro lágrimas y cinco párrafos que nadie va a leer. Más allá de respirar hondo y contar hasta diez. Más allá.
Más allá.
Si estoy en esta situación es por eso, por todo lo que va más allá de. De lo que veis todos, panda de subnormales conformistas, que es que me dais asco uno a uno y a pares. Por fuera mediocres, y por dentro nadie. Estáis vacíos.
Cómo va a ser infeliz una persona si se conforma, si no es crítico.
Seré yo que machaco demasiado.
Seré yo que me machaco demasiado.
Y lo siento, no voy a poner ningún altar a vuestra hipocresía que os hace tan felices porque no sabéis buscar.
La felicidad es la clave del éxito, pero yo en vuestra sonrisa no lo veo. Veo mediocres. Me niego a ello.
360 grados de cambio que no me aportará nunca nadie.

martes, 6 de mayo de 2014

si preguntan por mí diles que puedo hacer que todos tiemblen

Supongo que el mayor problema con el que choco siempre soy yo. O la pared en el caso de que reaccionen los puños. Es difícil escucharte gritar y amordazarte.
Y saber que no vas a saber callarte,
que no vas a poder callarte,
porque cómo coño se hace eso de callarse desde dentro,
cuando sabes perfectamente que acabarás rompiendo con todo.
Quizá es eso, un cambio de estructura. Perder las ganas nunca ayuda, menos aún tener claro que no pero saber que sí. No sé mentirme durante demasiado tiempo. Sé mantenerme inerte.
Inerte o que me dáis igual todos, vaya. No me considero una infeliz, tampoco cobarde.
Quizá debería aprender a esconder los dientes. Oh, la querida susceptibilidad,
¿habéis sentido alguna vez una extinción general con la mirada? Un 'pum, desapareced, panda de gilipollas'.
No cuido ni me dejo cuidar, es cierto,
quiero a cinco y no sé decírselo también,
pero mi querer se siente,
igual que habrán sentido un
"volved bien, venga", antes de cerrar la puerta.
Debería estar estudiando, es cierto.
Pero es complicado.