miércoles, 27 de febrero de 2013

Necesíto-te.

Sigo sin levantar cabeza. Sigo en la misma basura. "Necesito..." sin saber acabar la frase se repite demasiado. No sé qué necesito. O sí: saber qué necesito.
Irónicas vueltas al verbo. Irónicamente me suelen llevar a ti. Pero, eh, no necesito de ti. Quizá por eso te fuiste. Te dejé ir. Te eché. "Me importa una mierda si estás (pero podías quedarte)". Estúpida. Lo mismo no me importaba una mierda. O igual sí te necesitaba. De ti. De tus "eh, pequeña" que yo tanto aborrecía, de tus caladas, de esa epidermis que recubría tus labios y que tanto me gustaba arrancar con los míos, de tu espalda, de tu camisa al salir de la ducha. Igual sí.
Igual esos vuelcos que me daban al oír un 'te quiero' menos antes de colgar eran la única forma de hacerme latir. Desde que no estás no he vuelto a sentirle, te lo llevaste dejando un hueco en el pecho. Podías haber dejado una nota. Un "te debo un corazón". Un "vale por mordiscos". Un "creo que era más mío que tuyo, tía". Un "hija de puta, te dí hasta tabaco", incluso. Pero llévate este "igual era una mierda, pero estabas", lo necesito.

2 comentarios:

  1. ay, me encanta cómo escribes, se ve que te gusta mucho hacerlo. A mí también me encanta escribir.
    Tienes un blog muy bonito, no te voy a perder la pista!

    www.martasolohayuna.blogspot.com

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    1. Muchas gracias, de veras. La verdad es que es la mejor forma de desahogo.

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