En el caso de que acabes aquí y te dediques a dedicarme aunque sean unos segundos y un mínimo esfuerzo por comprensión, enhorabuena, bien, bien. Puedes pasear por mis ruinas a tus anchas mientras que no hagas ruido, que no me gusta el eco en medio de tanto vacío.
Y bien, puedes dejar comentarios, pero no destroces más.
Siendo sinceros, qué narices,
Atentamente, la que solia perderse entre tus sabanas, tu humo, y tus promesas que nunca cumplias.
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